Agosto es el mes por excelencia en el que descansa la actividad política. Muchos asesores y cargos públicos estarán ahora dándoles vueltas a la cabeza y buscando ideas de cara al próximo curso político que se iniciará en septiembre. Algunos estarán ultimando su estreno en Twitter (sí, todavía quedan dirigentes políticos que no están en esta plataforma de microblogging). Para quienes apenas conocen nada sobre las dinámicas de esta red de información, les dejo algunos precauciones básicas que deben tomar a la hora de gestionar su cuenta:
-Sea transparente: con esto nos referimos sobre todo a que conviene ser transparentes con la gestión de la cuenta. Este fallo es mucho menos común tras patinazos como el de Rosa Díez, cuya cuenta estaba en plena actividad mientras en una entrevista en directo en televisión ocultaba que no era ella en persona quien escribía sus tuits. Si un político no puede llevar sólo su propio perfil, es mejor reconocer en su bio que recibe ayuda de su equipo. Tampoco merece la pena arriesgarse y mentir sobre el lugar en el que se encuentra o sobre lo que está haciendo en un momento determinado.
-Converse, aunque sea un poco: está claro que un líder famoso y con miles de seguidores no puede resolver los problemas de los ciudadanos por Twitter, ni perder el día charlando en las redes sociales. Pero salvo que uno tenga un cargo muy alto, siempre es conveniente, en la medida de lo posible, interactuar con los tuiteros, aunque sea con ayuda de nuestro equipo: contestar una duda, agradecer un comentario, retuitear a un ciudadano, etc. Los ciudadanos menos politizados no suelen acoger de buen grado las cuentas que funcionan como metralletas de consignas. Sigue leyendo →