Cuando un partido se encuentra en la oposición y cuenta con pocas posibilidades de ganar las próximas elecciones debe más que nunca tener claras tres claves: el candidato, la estrategia y el relato. En especial, cuando la situación económica (o la percepción de ella) es buena y el candidato o candidata rival en el Gobierno goza de elevados índices de valoración. En sociedades en las que triunfa la política pop, cuando la personalización y lo anecdótico juegan un papel cada vez más determinante, la elección del candidato idóneo es más crucial que nunca.
Pero este factor tiene que ir en consonancia con los otros dos citados anteriormente. Puede darse el caso de que un líder político capaz e incluso un potencial buen candidato no sea el más adecuado para un contexto determinado. O simplemente que no encaje con la estrategia y el relato político que vaya a defender el partido.
Obviamente, ustedes podrán pensar que en muchas ocasiones estas dos últimas claves se consensúan en función del candidato y a instancias de él mismo. Más teniendo en cuenta que, también en multitud de ocasiones, el candidato es el presidente o el secretario general del partido desde hace años. Con todo, existen casos en los que el storytelling personal de un aspirante a la jefatura de Gobierno no concuerda con el discurso y la estrategia electoral de su formación y, en definitiva, con el contexto político de la contienda electoral. Uno de los más recientes es el de Peer Steinbrück, último aspirante del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) a la Cancillería, quien fue claramente derrotado por la democristiana Angela Merkel. Sigue leyendo →